ÁLVARO LÓPEZ COBO MUSHER
«Los perros perciben el miedo y asumen el mando, la responsabilidad»
«Somos como una manada, mi mujer, los perros y yo»
Álvaro López Cobo tiene treinta años y es natural de Comillas. Desde hace cinco participa en Pirena, una de las carreras de trineos con perros más exigentes que hay en Europa. Han sido quince días entre montañas y nieve, regados de adrenalina y emociones fuertes. Ha regresado a casa hace sólo dos días y tanto Álvaro como sus perros emanan satisfacción.
El reto de Pirena son los desniveles y las condiciones muy cambiantes que encuentran los participantes conforme avanzan por los valles. Ya es el segundo año que se queda a las puertas del podium. Acabó cuarto. Ganas no le faltan para llegar a ser el número uno, pero sabe que es cuestión de tiempo. La media de edad de los participantes ronda los cuarenta años. Para alcanzar lo más alto en este tipo de deporte hay que saber mucho, sobre todo de perros y este musher esta trabajando en ello para lograr el cruce perfecto. Recientemente estuvo en casa del alemán Rudi Ropertz, vencedor en las ediciones de 2002, 2003 y 2004 de Pirena, para comprar algunos perros, cruzarlos y conseguir una línea genética muy apta para esta competición. Perros con capacidad pulmonar, potencia y una gran resistencia.
Por lo que dice Álvaro, el mushing es una manera de vivir, una filosofía de vida. Tienes que sentir una afinidad con los animales y tener una sensibilidad hacia ellos, que te permita meterte en su piel y entender su comportamiento. Para él su vida son los perros «Nosotros somos como una manada, mi mujer , los perros y yo», asegura.
Cuando se le pregunta cómo es la sensación de ir en un trineo tirado con perros comenta que «es como ir con la moto, pero a tope. Tus hormonas desprenden un olor particular dependiendo del estado de ánimo que tengas, y esto los perros lo perciben. Cuanto más miedo tengo en las etapas, por ejemplo porque hay mucha ventisca y no se ve nada o porque hay placas de hielo, es cuando logro subirme al podium, los perros lo perciben, asumen ellos el mando, la responsabilidad».
«Los perros perciben el miedo y asumen el mando, la responsabilidad»
«Somos como una manada, mi mujer, los perros y yo»
Álvaro López Cobo tiene treinta años y es natural de Comillas. Desde hace cinco participa en Pirena, una de las carreras de trineos con perros más exigentes que hay en Europa. Han sido quince días entre montañas y nieve, regados de adrenalina y emociones fuertes. Ha regresado a casa hace sólo dos días y tanto Álvaro como sus perros emanan satisfacción.
El reto de Pirena son los desniveles y las condiciones muy cambiantes que encuentran los participantes conforme avanzan por los valles. Ya es el segundo año que se queda a las puertas del podium. Acabó cuarto. Ganas no le faltan para llegar a ser el número uno, pero sabe que es cuestión de tiempo. La media de edad de los participantes ronda los cuarenta años. Para alcanzar lo más alto en este tipo de deporte hay que saber mucho, sobre todo de perros y este musher esta trabajando en ello para lograr el cruce perfecto. Recientemente estuvo en casa del alemán Rudi Ropertz, vencedor en las ediciones de 2002, 2003 y 2004 de Pirena, para comprar algunos perros, cruzarlos y conseguir una línea genética muy apta para esta competición. Perros con capacidad pulmonar, potencia y una gran resistencia.
Por lo que dice Álvaro, el mushing es una manera de vivir, una filosofía de vida. Tienes que sentir una afinidad con los animales y tener una sensibilidad hacia ellos, que te permita meterte en su piel y entender su comportamiento. Para él su vida son los perros «Nosotros somos como una manada, mi mujer , los perros y yo», asegura.
Cuando se le pregunta cómo es la sensación de ir en un trineo tirado con perros comenta que «es como ir con la moto, pero a tope. Tus hormonas desprenden un olor particular dependiendo del estado de ánimo que tengas, y esto los perros lo perciben. Cuanto más miedo tengo en las etapas, por ejemplo porque hay mucha ventisca y no se ve nada o porque hay placas de hielo, es cuando logro subirme al podium, los perros lo perciben, asumen ellos el mando, la responsabilidad».
¿Profesional?
Cuando se habla de deportes como el mushing, es decir, de deportes minoritarios, es casi obligado a interesarse si es posible dedicarse a ellos de manera profesional. Es decir, si se puede vivir de ellos. Y Álvaro explica que en Europa no, pero sí orbitar y trabajar en el mundillo del mushing, por ejemplo adiestrando perros, en el sector de la alimentación o en la construcción de material para poder practicar este deporte.
Él tiene la suerte de contar con unos cuantos patrocinadores como la Consejería de Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, Piensos Canum, Anna Nutrición Sport, el Ayuntamiento de Comillas y Club Sky Solvay, sin ellos sus sueños quizá se hubieran quedado a la mitad. Además distribuye piensos y fabrica carros hechos a medida para poder entrenar o practicar el mushing sobre tierra. Es decir, Álvaro es el vivo ejemplo de que su deporte, al menos en España, no da para comer y que, por tanto, hay que tener otras dedicaciones. Donde son un verdadero filón las carreras de trineos con perros es en Alaska, en competiciones como la de Iditarod, en Fairbanks, donde hay que superar una distancia de 1.000 millas, unos 1.600 kilómetros, y sobrevivir a temperaturas que en ocasiones superan los treinta grados bajo cero. Las empresas madereras de allí hacen apuestas millonarias por los mushser e invierten grandes cantidades de dinero en los equipos y los ganadores reciben premios cuantiosos. Pero esa es otra historia.