lunes, 7 de julio de 2008

ENTREVISTA AVIOLETA PEREZ EN EL DIARIO MONTAÑES



VIOLETA PÉREZ, PRESIDENTA DE LA COORDINADORA DE ONGS DE CANTABRIA
«Los ayuntamientos no saben qué es la cooperación»

Con 28 años, Violeta Pérez llega a la presidencia de la Coordinadora Cántabra de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo, procedente de la Asamblea de Cooperación por la Paz, una de las 31 organizaciones que la componen. Pérez está segura de que la cooperación debe enfrentarse desde la profesionalidad. Y ella misma hace alarde: es licenciada en Económicas, máster en Comercio Internacional y ha hecho cursos de postgrado en cooperación.

-Asume por dos años la presidencia de un coordinadora de ongs. ¿Cuál será su trabajo fundamental en este tiempo?

-Consolidar todo lo que está en marcha. Antes de que acabe este año tiene que haberse empezado a rehabilitar la que será la futura sede de la Casa de la Solidaridad. Esta acogerá tanto locales de ongs que ahora no tienen sede, como tendrá aulas de formación permanente, un centro de documentación..., será un lugar de referencia. Hacer realidad esta casa es fundamental para el futuro de la coordinadora. En lo interno, es necesario mejorar la financiación estable, con más recursos humanos y materiales. La coordinadora tiene que tener una solidez para afrontar con éxito el papel que debe desempeñar como interlocutora de las administraciones.

-¿La sociedad cántabra conoce lo que es la cooperación?

-Con el peligro que conlleva generalizar, diría que a una parte amplia de la población le gustaría implicarse pero desconoce cómo hacerlo. En este sentido, tendríamos que hacer un esfuerzo mucho mayor para ofrecer canales de participación. Tengo la misma idea sobre aquellos que son indiferentes: achaco su postura al hecho de que no están suficientemente informados sobre los motivos que causan las diferencias entre el Norte y el Sur. A la gente hay que decirle que todos somos una parte importante de la cadena.

-¿Cuánto dinero mueve al año la cooperación en Cantabria?

-Algo menos de siete millones de euros de fondos públicos. El Gobierno tiene el compromiso de destinar el 0,4% de los presupuestos, que son seis millones de euros. Y los ayuntamientos colaboran, aunque de forma muy desigual. El de Santander aporta 300.000 euros, pero debería aportar 800.000 si cumpliera con el porcentaje del 0,4%. El resto, unos 10 municipios, desembolsan entre 30.000 y 60.000 euros al año. Pero lo de los municipios es curioso: tienen la voluntad, pero sacan proyectos sin conocimientos técnicos básicos de lo que es la cooperación. Y esto requiere mucha reflexión política previa: hay que saber a dónde se quiere ir antes de ir. En general, los ayuntamientos quieren colaborar, y es loable. Pero no saben qué plantear, ni con quién hacerlo realidad. En este plano queda mucho trabajo por delante, porque a veces nos piden imposibles....

-¿Las ongs creen estar pasando siempre un examen?

-Sí. Existen muchas suspicacias en torno a nuestro trabajo, y muchos prejuicios. Las organizaciones justifican hasta el último euro de los fondos que reciben en subvenciones, porque todos los proyectos deben documentarse técnica y económicamente... pero en cuanto salta un escándalo, nos salpica a todos. Eso no pasa con los bancos: si uno lo hace mal, no por eso se da por hecho que los demás también son culpables. Y es muy cansado tener que estar defendiéndose siempre, demostrando que haces un buen trabajo y que no tienes nada que ver con el que no ha funcionado correctamente.

-Cantabria ya cuenta con una Ley en este campo. ¿Responde a las expectativas de las ongs?

-Si. La coordinadora participó en su elaboración. Se trabajó mucho y se consensuó también mucho. Queda desarrollar la normativa e implementarla a través de infraestructuras. Con el Gobierno estamos en permanente interlocución... unas veces con más éxito que otras. Ahora estamos a la espera de que se constituya oficialmente el Consejo Cántabro de Cooperación, que está aprobado por decreto. -La reciente campaña contra la pobreza y la Alianza que se promovió ¿supuso un cambio cualitativo en este ámbito?

Sí, podría decirse así. Fue un momento en que las ongs se abrieron a la sociedad y se hicieron visibles. Y también sirvió para que el resto de la sociedad se haya acercado a este mundo y lo haya visto con otros ojos. Esto es muy importante.

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